En el último trimestre de 2020 Lionel Barber, el que fue durante casi 15 años director del diario británico Financial Times, publicó The Powerful and the Damned. Private Diaries in Turbulent Times. Se trata de un interesante retablo de sus experiencias en sus encuentros y conversaciones, más o menos privadas, con los principales líderes mundiales del siglo XXI, y por extensión una crónica luminosa de los profundos cambios que se han operado en la economía y en la política en los últimos años, antes, durante y después de la crisis económica y financiera.
El libro, que será próximamente traducido al español, tiene tres enseñanzas principales:
- Nos enseña el complejo proceso de transformación de un periódico considerado “augusto” (así lo define Barber), pero mal equipado para abordar la revolución de Internet, hasta convertirlo en una máquina bien engrasada y adaptada a las necesidades globales y digitales de nuestro tiempo. Algunos de los consejos que recibe de sus ilustres amigos y conocidos para afrontar el proceso pueden servir para cualquier gestor que quiera cambiar el rumbo estratégico de su empresa (“nada de consenso”, le dice Tony Blair, “así no conseguirás cambiar nada”).
- Nos enseña el valor de la independencia en los medios de comunicación y de la necesidad tanto de defenderla a muerte como de gestionarla con mano izquierda. Independencia frente a los poderes políticos y económicos. Independencia incluso frente a los dueños del medio (la naturaleza de las relaciones que Barber mantuvo con Pearson y Nikkei pueden causar asombro en un lector español). Independencia también cuando se trata de amigos y hay que tomar decisiones difíciles.
- Nos enseña retazos desconocidos de la personalidad y de la psicología de los “poderosos y malditos”. A través del relato de sus conversaciones con los principales líderes mundiales podemos entrever cómo se comportan fuera de los focos. Así vemos a un Donald Trump manipulador, desafiante y contento como un chiquillo porque el Brexit había ganado el referéndum. “Yo gano y tú pierdes”, le dijo a Barber, recordándole que su periódico había defendido la permanencia del Reino Unido en la UE. El libro descubre también a un Vladimir Putin ultradisciplinado y cortante, a una Angela Merkel de estilo empresarial, que presta “más atención a los hechos que a las opiniones”, a una extraviada Theresa May y a un amistoso y cortés Wen Jiabao.
Como contribución marginal, Barber arroja luz sobre el carácter difícil de los profesionales del periodismo, tanto de sus colegas del Financial Times (un ejército de “brillantes anarquistas que cuestionaban mis decisiones”) como de los periodistas de los medios competidores, y deja claro que en una redacción las jerarquías se subvierten con mucha mayor facilidad que en cualquier otra empresa.
El libro tiene también algunos tics irritantes. Es inevitable que en una obra de estas características el autor sea benévolo consigo mismo, pero hay autoelogios innecesarios que permiten sospechar que detrás de su autor hay una persona muy pagada de sí misma, con razón o sin ella. Las continuas descripciones físicas de las personalidades con las que se encuentra (por ejemplo, su chocante obsesión por revelar el color de sus corbatas o de sus camisas) son también cansinas y prescindibles.
En algunos pasajes, The Powerful and the Damned recuerda a El director, el libro que publicó en 2019 David Jiménez, exdirector de El Mundo. Ambos son testimonios válidos del periodismo de nuestra época y de su intersección con los poderes económicos y políticos. Pero mientras Jiménez, seguramente mejor narrador, se queda muchas veces en la superficie, Barber mete el cuchillo hasta el fondo para poner al descubierto las entrañas de un oficio que ha cambiado tanto en los últimos años que casi parece otro, aunque en el fondo su esencia sigue siendo la necesidad de pedir explicaciones a los que mandan. Gracias, Lionel.
