Latasia. Paseo de la Castellana, 115. Madrid
Tripea. Vallehermoso, 36 (mercado de Vallehermoso). Madrid
Dos santuarios de comer bien, siempre que se tenga la mente abierta, el paladar sin prejuicios y una punta de tesorería de entre 40 y 75 euros. Esta es la comparativa:
- Comida. Latasia y Tripea tienen en común la inspiración del mestizaje de las cocinas de Asia y Latinoamérica (Latasia lo lleva hasta en el nombre, por si alguien no ha reparado en el acrónimo), aunque mirando de reojo a la tradición española. Tripea es más sofisiticado, no solo porque tiene un menú gastronómico sino porque su creaciones son aparentemente más complejas que las de Latasia. Véase un ejemplo del menú de Tripea: ceviche caliente de mejillones al wok, leche de tigre de ají, noodles, migas de panko y chile, té negro lapsang souchong, cebolla roja y eneldo. La carta de Latasia es más sobria: puerros confitados, muselina de anguila ahumada y vinagreta de cítricos. Complejidad aparte, en los dos restaurantes tienen platos memorables. En Latasia nos encantaron las saam de alitas de pollo deshuesadas (un bocado jugoso con una envoltura crujiente y una salsa bourbon por encima), que son para llevarte una docena a casa, y el arroz chaufa (ChatGPT: especie de arroz frito que combina ingredientes chinos con técnicas de cocina peruana. El término «chaufa» proviene del cantonés «chǎofàn» (炒饭), que significa arroz frito. El arroz chaufa típicamente se prepara salteando arroz cocido con carne (como pollo, cerdo o ternera), vegetales, como cebollín, zanahorias, guisantes, y sazonadores chinos como salsa de soja y jengibre. También puede incluir ingredientes peruanos como ají amarillo u otros condimentos locales. Este platillo es muy popular en Perú y refleja la influencia de la inmigración china en la cultura peruana). Por cierto, el arroz chaufa de Latasia (con chicharrón de chancho y mariscos) es un platazo, y no solo porque está muy bueno sino porque es abundante. Nosotros tuvimos que saltarnos el postre para no superar el límite de calorías diario. En Tripea, los hits son el ceviche de atún carretillero (un tipo de ceviche que se ofrece en carretillas en las esquinas de Perú y que está muy recomendado para la resaca) y el bao casero de lomo saltado con huevo de codorniz, que es una explosión de sabor y de sensaciones, con la yema chorreando por las comisuras de la boca, que a veces no pasa nada por perder la dignidad. Muy bueno también el cremoso de arroz con leche de coco.
- Bebercio. Tanto Tripea como Latasia optan por una carta de vinos relativamente corta, variada y original, con pocas bodegas reconocibles para los profanos y a precios bastante moderados. Al margen del vino, Tripea ofrece un vermú, un pisco sour, y tres tipos de cerveza, y te planta en la mesa una jarra de agua del grifo, que siempre se agradece. Latasia tiene una oferta más o menos convencional de cervezas.
- Formato. Tripea solo ofrece un menú gastronómico. Incluye ocho platos (o pases, que se dice ahora): un entrante vegetal, tres ceviches, un dumpling, un bao, un principal y un postre. No tiene café. Latasia trabaja con una carta de alrededor de 30 platos (12 entrantes, 12 principales y seis postres) y su filosofía es que los comensales lo compartan todo (menos el cónyuge y el coche, ya se sabe).
- Referencias. Aquí hay empate. Ni a los hermanos Roberto y Sergio Hernández, que dirigen Latasia, ni a Ricardo Martínez Foronda, chef de Tripea, les asusta irse al otro lado del planeta para probar cosas ricas con nombres raros y quedarse por allí una temporada. Los Hernández anduvieron por Singapur (Sergio también en Perú) y Martínez Foronda paseó su imagen daliniana por Lima para hacerse un maestro en anticuchos, ceviches, sudados y saltados.
- Ambiente y servicio. El ambiente resulta más convencional en Latasia (casa de comidas es su apellido y se ve mucho directivo medio-alto por allí) y más canalla y vanguardista en Tripea ( mesa alta compartida en mitad de un mercado ruidoso, música moderna, cocina a la vista). Ninguno tiene manteles. En ambos casos el servicio es bueno, pero en Tripea tiende a ser algo mecánico, quizás porque el formato de menú y la disposición de la mesa compartida te sugiere estar más en una cadena de montaje (de exquisitices, pardiez, pero cadena de montaje) que en un restaurante de prestigio.
- Precio. En Latasia, la factura oscila entre 40 y 50 euros por cabeza. En nuestro caso, la dolorosa para dos fueron 93,35 euros, con tres bebidas, dos entrantes, dos platos principales y dos cafés. Latasia también tiene un menú muy apañado para recoger (no te lo mandan a casa, pena) a razón de 58 euros. Da para dos personas, salvo que una de ellas sea un adolescente con el estómago hueco. En Tripea, el precio no baja de 65-75 euros por persona (60 euros del menú y el resto de la bebida). 142 euros soltamos nosotros porque los pisco sour, que están muy ricos, no son baratos, oye.
- Reconocimientos. Tripea tiene un sol Repsol, fue Big Gourmand de Michelin en 2019 y 2021 y le dan 4 sobre 5 en Tripadvisor y 4,5 sobre 5 en Google. Latasia está recomendado en la Guía Repsol y puntúa 4,5 sobre 5 en Tripadvisor y 4,6 sobre 5 en Google. Seguramente, mejores acreditaciones que las de Koldo García.
- Reservas. En Latasia se puede reservar online en cualquier momento. Es difícil encontrar mesa a mediodía entre semana y bastante más fácil para cenar. Los sábados la cosa se complica. Cierra domingo y lunes. En Tripea, el sistema es diferente. Aunque también se puede reservar online, las reservas se abren el día 1 de cada mes para los siguientes 30 días, y vuelan en poco tiempo. Es como lo de los conciertos de Taylor Swift, pero en edición de bolsillo. Si no encuentras mesa, es buena idea apuntarse a la lista de espera porque suele haber cancelaciones, sobre todo de gente que pilla mesa el día 1 sin pensar mucho si va a poder ir en una fecha determinada o le coincide con el bautizo de una sobrina. Y solo tienen dos horarios: 14,30 y 21,30. Cierra domingo y lunes. En ninguno de los dos te piden la tarjeta para eso ya tan extendido de cobrarte si no apareces.
- Veredicto final. Me gustan mucho los dos, pero si tengo que elegir me quedo con Latasia. ¿Por qué? ¿Hay que explicarlo después de más de mil palabras?