Groupon: ¿descuentos o palabras?

De 24 de junio de 2011enero 28th, 2021Tinta fresca
Groupon

«¡Ay, madre mía! Acabo de sacar la ropa de la temporada pasada y ni el pareo me cabe. Voy a tener que ponerme manos a la obra si quiero pasear este verano por la playa sin esconderme detrás de los guiris acangrejados».  (Presentación de una oferta de un centro de estética en Groupon) .

Groupon es el último cohete de los fuegos artificiales de Internet. Esta empresa de cupones de descuento, que lleva ya bastantes meses dando guerra en España,  tiene todos los rasgos del éxito inmediato (pelotazo, en castellano antiguo):

  • Es estadounidense (de Chicago, por más señas).
  • Nació en octubre de 2010 y empezó a ganar dinero a los seis meses.
  • Cuenta con más de 83 millones de suscriptores en 35 países.
  • Va camino de ser el negocio con mayor crecimiento de la historia de Internet.
  • Google intentó comprarla por 6.000 millones de dólares (unos 4.200 millones de euros), pero hay que dice que el año que viene puede valer 25.000 millones.
  • Y, muy importante en un país que no es para viejos, su fundador, que trabajó anteriormente en la recaudación de fondos para causas sociales, tiene treinta años y cara de niño.

El fulgurante éxito de Groupon es sin duda una historia interesante que acabará en los manuales del buen emprendedor, pero si Groupon aparece en este blog no es por eso. Lo que me interesa de Groupon es su apuesta por las palabras y por su capacidad para transmitir mensajes eficaces. Uno de los puntos fuertes de las ofertas de Groupon son, en efecto, sus presentaciones, en las que se mezclan técnicas periodísticas y publicitarias para conseguir textos llenos de imaginación, estilo y sentido del humor.

O eso es lo que aseguran sus dirigentes. El redactor jefe de Groupon, Aaron With (otro chico de 29 años, qué asco), dijo hace poco al ‘New York Times’ que en realidad a sus suscriptores lo que les pone de Groupon no son los descuentos (al fin y al cabo, dice él, suelen ser gente de renta media y alta, a la que ese tipo de ofertas le dejan indiferente) sino esos creativos párrafos introductorios que animan a la compra.

Groupon, desde luego, se toma muy en serio el asunto y tiene en nómina a centenares de escritores (periodistas muchos de ellos) que están todo el día dándole al cacumen para escribir una presentación original y atrayente.

Al comienzo de de este blog hay un ejemplo de este tipo de cascabel de márketing. Veamos otra introducción dirigida a promocionar un dentista:

«El Ratoncito Pérez es un ladronzuelo fetichista que se dedica a comerciar con marfil en el mercado negro; hay que pararle los pies. La oferta de hoy le ayudará a conservar sus dientes en la boca y fuera del alcance de roedores maníacos».

No está mal ¿no? Cosas así serían perfectamente admisibles para introducir un artículo en la revista ‘New Yorker’ o en el diario ‘Wall Stret Journal’, por citar dos ejemplos de publicaciones estadounidenses famosas por su estilo limpio y vigoroso.

Pero no es oro todo lo que reluce. Aquí van otros dos ejemplos tomados de las ofertas en España:

«- Espejito, espejito, ¿quién es la más guapa del barrio?
– La vecina del quinto.
– Bueno, ¿y la segunda?
– La panadera.
– Está bien, ¿y la tercera?
– La que regenta el bar.
– Espejito, espejito, y yo… ¿por qué no estoy entre las 3 primeras?
– Porque aún no has pasado por las manos de Keltia Imagen».

«Para servir comida de calidad lo principal es cuidar los ingredientes, las materias primas con las que se elaborarán suculentas recetas, está es la idea que sustenta a Primario. La razón de ser de este restaurante es simplificar al máximo y olvidarse de los ornamentos, este espíritu se deja sentir tanto en su cocina como en su moderna arquitectura que nos hace estar en contacto con la piedra que conforma el mundo. Disfruta de una deliciosa vuelta a los orígenes y quizá descubras la respuesta a las preguntas sin respuesta como… ¿Qué fue antes el huevo o la gallina?»

Me da la impresión de que aquí el nivel es distinto. La búsqueda de la originalidad conduce a veces a la extravagancia y, en casos extremos, a la mediocridad.

En todo caso, me gustaría creer que efectivamente son sus textos los que explican el éxito de Groupon. Pero me da a mí que el consumidor percibe mejor sus fenomenales descuentos.

Post Scriptum. La irrupción de Groupon en el mercado español no está exenta de polémica. El gigante norteamericano impone a las empresas  condiciones muy severas (les exige exclusividad durante un cierto periodo de tiempo y se lleva el 50% del precio de la oferta), lo cual les hace muy difícil rentabilizar el producto o el servicio, aunque evidentemente es una plataforma excelente para llegar a un público muy amplio y crear imagen de marca.

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